En picada electoral desde que perdió el ejecutivo

Por El Pueblo Redacción Feb 21, 2024

En los últimos 15 años, con cada proceso electoral, sea presidencial, legislativo, municipal o parlamentario, el partido ARENA se hunde cada vez más, alejándose de sus mejores resultados obtenidos en urnas. Lejos quedaron las celebraciones por victorias arrolladoras o por lo menos que le daban la continuidad de ser la primera fuerza político-electoral del país.

ARENA —que se define como anticomunista, fundado en 1981 por Roberto d’Aubuisson— ha venido en caída libre en cuanto a preferencia electoral desde que perdió el Ejecutivo en las elecciones presidenciales de 2009.

Se suma que dejó de recibir financiamiento de los poderosos grupos empresariales y oligárquicos del país, que se dieron cuenta de que el partido ya no le era útil para la defensa de sus intereses económicos.

Los recursos recibidos le permitían al partido tricolor desarrollar fuertes campañas de sus candidatos en los diferentes medios de comunicación y hacer constantes y multitudinarias visitas al territorio en busca del voto. Junto al FMLN, que también enfrenta una debacle, recibió el calificativo de «maquinaria electoral» en cada etapa de comicios.

Ahora, los escándalos de corrupción que envuelven a las administraciones areneras han llevado a más de alguno de sus expresidentes y exfuncionarios a enfrentar la justicia, pasándole también factura al partido en los recientes procesos electorales.

El tricolor gobernó El Salvador durante 20 años, que iniciaron en 1989, con Alfredo Félix Cristiani Burkard, siguieron con Armando Calderón Sol, continuaron con Francisco Flores y terminaron con Antonio Saca, en 2009.

Cristiani Burkard ganó el Ejecutivo en el segundo intento que el partido hacía por llegar al poder desde 1984, cuando su fundador y máximo líder, Roberto d’Aubuisson, fue derrotado en segunda vuelta por el democristiano José Napoleón Duarte.

Han pasado 15 años y ARENA no recuperó el Ejecutivo porque el pueblo lo rechazó en las urnas. Con su último candidato, Joel Sánchez, obtuvo 177,881 votos, muchos menos que los 651,741 que sacó d’Aubuisson en el balotaje contra Duarte.

Los triunfos tricolores también eran halagadores en materia legislativa, además de que sus grupos parlamentarios, con el apoyo de sus colegas pecenistas y pedecistas, decidían en las diferentes votaciones en el interior del Salón Azul de la Asamblea Legislativa.

La última cuenta alegre que ARENA hizo con sus diputados fue en 2018, cuando ganó 37 de 84 escaños legislativos. Estuvo a seis para tener la mayoría simple, es decir, los 43 votos.

El instituto de derecha comenzó a ser un partido político insignificante en el ámbito legislativo a partir de las elecciones de 2021.

En ese año perdió 23 diputados de los que había ganado tres años antes. Pero el sabor amargo no solo lo probó el día de las elecciones. Los salvadoreños le dieron apenas 14 diputaciones; sin embargo, para ir terminando la presente legislatura solo quedaron 10, tras la salida de Donato Vaquerano, Carlos Reyes, Jorge Rosales y la ausencia de Margarita Escobar. En la siguiente legislatura la otrora bancada fuerte solo tendrá dos diputados.

En cuanto a las administraciones de los gobiernos municipales, llegó a gobernar en algún tiempo a más de la mitad de la población salvadoreña, pero en la última elección solo ganó 35 alcaldías, una de estas en coalición.

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