La Organización de Estados Americanos (OEA), dio a conocer su segundo informe preliminar sobre las elecciones presidenciales y legislativas desarrolladas en El Salvador el pasado 4 de febrero, en las que resultó como claro ganador el presidente Nayib Bukele, con un amplio margen de votos y en las cuales el partido Nuevas Ideas obtuvo 56 diputados en la Asamblea.
Entre las principales conclusiones que los observadores mencionan, se encuentra que, con respecto al conteo de votos a través del escrutinio final, y la verificación de las actas, «no hubo evidencias de que se buscara retrasar el proceso de manera deliberada, a pesar de que la Misión recibió denuncias relativas a la interrupción prolongada del conteo».
La OEA también tuvo conocimiento de que el personal del Tribunal Supremo Electoral (TSE) reportó fallas tecnológicas debido al alto número de datos procesados para su posterior transmisión de manera simultánea.
Sin embargo, en ese sentido, «la Misión fue informada de que los problemas fueron resueltos y de que no interfirieron con los datos».
Ante las diferentes situaciones presentadas, la OEA reiteró en su informe final que «la Misión no observó hechos que indicaran que se alteró la voluntad de la ciudadanía expresada en las urnas».
«Una vez cerrado el escrutinio, la Misión conoció que el 19 de febrero cuatro partidos (VAMOS, Nuestro Tiempo y Arena, de manera conjunta, y el FMLN, de manera independiente) presentaron ante el TSE una solicitud de nulidad de las elecciones para la Asamblea Legislativa basada en supuestas irregularidades durante el proceso electoral y escrutinio definitivo. El proceso post electoral fue deficiente, lento y desorganizado. Sin embargo, la Misión no tiene dudas sobre los resultados entregados por la autoridad electoral», agregó la OEA.
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